Latinosofía: Un viaje mágico al pensamiento emocional.
Capítulo I – El inicio del viaje.
A nuestras espaldas se alzará un Muro. Desde allí partimos en grupo, observados por los zopilotes que nos sobrevuelan.
Siguiendo las premoniciones de Atabey, la Diosa de la Sabiduría, vamos hacia las tierras vírgenes de la selva tropical, donde existen ciudades que aún no han sido halladas.
En busca de “Latinosofía” -ese territorio perdido que nos completa. La sabiduría del afecto.
Estamos en viaje por las entrañas de nuestra América Latina; esta geografía en la que nos damos una cultura y un sentido.
Cargamos en el equipaje emocional la relación con la tierra, con los pueblos y la tradición oral de los mitos.
Será por eso que nos expresamos mediante la canción?
No vamos tras un pensamiento filosófico europeo; buscamos la fuente de ese “pensamiento emocional “, las vivencias de ese “sentir” común.
Atravesamos, en canoa de juncos, el lago de los osos colmeneros, donde flotan imaginariamente las chinampas y revolotea el quetzal junto a los “chuparrosas” en la ladera florida del Volcán del Barvac.
Buscamos en las cuevas del cenote, el embrión originario de la Serpiente Emplumada y los extraviados náufragos españoles.
Muchachas indígenas en edad núbil tomadas por esposas de Almirantes castizos e historias de indios blancos cautivos en la llanura.
Nos une un ideal… descubrir lo fantasmagórico de nuestro continente. Ese mundo interior.
Que habrá de común en el deseo?.
El terruño que nos ampara y nos liga a través del afecto. Ese especial modo de ver la realidad.
Un juego de pelota en el “batey” en la Isla de La Española; que retratara Fraile Bartolomé de las Casas, y que resultó intolerable para la primitiva soberbia española.
El frágil equilibrio entre la identidad, la libertad y el sentido, elementos que constituyen nuestro “pensamiento emocional”.